domingo, 8 de abril de 2012

El amor viene y va.

Alcancé la paz con la soledad de aliada, porque antes de sentir dolor mejor no sentir nada. Hasta que un hada apareció de repente en mi mente, iluminando un corazón inerte; me habló y me dijo que el nunca se va para siempre, que el amor camina libre como el alma de la gente, que no entiende de añoranzas y lamentos, que solo vuelve cuando siente que llegó el momento.

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Acostumbraros, sufrid por ellos, yo fui creado en el destello de un amor forjado desde lo más bello. Afortunado pasé mi adolescencia tan perdido, pensando distraído que el amor no iba conmigo. A veces tan arrepentido de mí timidez distante, sintiéndome distinto cada instante. De quien soy a quienes amé, a quienes fallé, pienso en las veces que mentí sin saber porqué.

Siempre se me hace tarde.

Que no hay afonía que me corte el grito, creo en lo infinito y luché contra parásitos que ahora evito. Hoy repito mis errores porque soy humana, no me importa ensuciarme las manos si le pongo ganas. Si he descubierto que no hay cura para corazones rotos, que me dará el tiempo si no fuerzas pa' borrar tus fotos, solo caigo pa' coger impulso só', me tira esta presión que una vez más me ganará este pulso. Se me atraganta verte lejos, y es que temo que te olvides de mí y de hacernos viejos. Tengo miedo de perderte ya en este laberinto, en esta habitación, espejos rotos y cielos que habito.