lunes, 24 de octubre de 2011

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- Yo te prometo un para siempre, ¿tú me lo prometes?
- Eso es demasiado tiempo, todo se puede torcer y podemos acabar odiándonos.
- Bueno, aunque me odies, si me necesitas iré.
- No lo creo, si me odias no me querrás ver.
- Pues cierro los ojos.
- No me querrás oír.
- Pues no te dejaré hablar.
- ¿Entonces?
- Te abrazaré y te diré: ¿te acuerdas de aquella tarde que te prometí un para siempre?, lo decia en serio.


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